7.6.11

Siempre que mi perra y yo volvemos del parque por las mañanas, comienza el mismo ten con ten. Ella se tumba agotada y me mira. Entonces yo la miro a ella porque creo que está triste en lugar de estar agotada. Entonces ella me mantiene la mirada. Yo me creo que lo hace por rencor, porque quiere algo que yo no lo doy, y comienza a estar indignada. Entonces me acerco, la acaricio, le pregunto qué quiere, ella bosteza, y caigo en la cuenta de que está agotada. Y así cada mañana.

2 comentarios:

  1. Es como untar una tostada con mermelada, nunca sabes a qué sabe hasta que la muerdes, aunque siempre sea el mismo pan con la misma mermelada.

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