25.4.07

Hoy he realizado una operación de compra en Amazon. Y, a parte de coñas, uno de los libros que he comprado era de segunda mano.

Y acabo de recibir un email. El tercero, de hecho. Los dos primeros eran directamente de la tienda por internet, garantizando mi compra e invitándome a comprobar todos sus datos, es decir, para fiarme de ellos, y luego ha venido ese tercero.

En el encabezamiento se me instaba a no contestar, como dándome por hecho que realmente no iba a haber nadie detrás. Pero luego, la carta era una misiva firmada por los dueños del libro que yo había comprado, de segunda mano. Y era un texto familiar, incluso escrito en un tono cariñoso. De hecho, firmaban los dos: Darren & Sarah. Y me deseaban lo mejor. Me deseaban un buen rato disfrutando de su libro, pero incluso me pedían que, si realmente me gustaba, se lo enviara de vuelta con algún que otro comentario.

Y me gustó. Y me leí el libro. Y resulta que, como decía aquel aviso, contestar a aquel e-mail era como no hacer nada. Redacté unas notas, compré un sobre para devolver el libro, pero cuando me remití a aquella dirección, todo lo que envié me fue devuelto.

Esto ha sido hoy. Y aunque no tenga nada que ver, no vuelvo a prestar un libro. Porque cuando lo hago, no sólo no me lo devuelven, sino que me lo recomiendan luego.

24.4.07


Ayer participé en lo de la Noche de los Libros. Tenía que moderar una mesa redonda sobre Literatura e Internet, con Antonio Rodríguez de las Heras, que no vino, y Jesús Ferrero, que sí vino. Y como moderar a una persona nada más es un poco raro, hicimos lo que pudimos y nos fuimos de cañas luego.
Después pretendía ir al concierto de Sophie Auster (sí, me enlazo a mí misma, qué pasa), pero mira, no fui. Qué se le va a hacer. Ya la había entrevistado el día anterior, me cayó bien, así que no vaya a ser que me vaya a caer peor.
Y bueno... que yo venía a contar otra cosa, pero ahora mismo no me acuerdo.