Leyendo a santiago, que aprovecho para decir que es de los pocos blogs que leo y, aprovecho para protestar, porque no sé qué ha hecho, pero su blog no se lee en el explorer, me acuerdo del primer viaje que hice en el programa donde trabajo ahora. Todo esto viene a cuento por el tema POESÍA.

Yo estaba acostumbrada a otro tipo de cosas, otro tipo de trabajos, que después de tanto tiempo, dominaba. Quiero decir: tenía casi total libertad. Salía a la calle a grabar con una actriz lo que yo escribía, lo montaba como me daba la gana, y encima funcionaba de la hostia. Y de pronto me voy a este programa. Y a la primera semana, me largo a Barcelona, a entrevistar a cinco escritores al día, durante cinco días. Y hablo de gente de la talla de vargas llosa, amos amoz... en fin. Que les pregunto lo que me da la gana. Y como el programa se estrenaba, y el título del programa es una palabra inventada por Neruda, a todos, entre todas las preguntas que les hice, hubo una que se repitió: ¿Qué opinión tienes de Neruda?

Pues diez escritores y editores fundamentales de este país me dijeron con toda naturalidad que no les gustaba nada Neruda, cada uno me dio su razón, pero lo que más me sorprendió es que me dijeron: "yo no soy un lector de poesía". Esa frase se repitió una y otra vez.
De primeras me escandalizó. Pero luego, una vez reposada la historia, me pareció genial que gente de semejante talla me confesara aquello. Y la verdad. Después de un año y medio trabajando en esto, leyendo sin parar lo que aquí sale, escuchando, observando... me parece cojonudo que, entre tanta pretenciosidad, los que se supone que están por encima, sean capaces de tanta sinceridad.