Por fin terminó este maldito verano adolescente de caídas en moto, tests de embarazo, y conciertos. Conseguí colarme en el de Pearl Jam a base de darle la brasa a uno de la puerta, y desde entonces no he vuelto a pisar un garito. Ha vuelto el invierno por dentro y por fuera, y toca abrigarse.
Siento venir tan poco por aquí, pero no tengo mucho tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario